Blefaroplastía

¿Qué es la Blefaroplastía?

Conocido comúnmente por blefaroespasmo o “blefaroespasmo esencial” al cierre involuntario de los párpados Se trata de espasmos o contracciones involuntarias del músculo orbicular (el músculo encargado de cerrar los párpados). El curso de la enfermedad es gradual. Es una de las distonías faciales más frecuentes y se produce por distintas causas. Afecta por lo general a personas mayores de 50 años y tiene más prevalencia entre mujeres. Además, existe cierta predisposición genética.

Cuando se hace referencia al blefaroespasmo, cabe diferenciar varios términos que pueden llevar a confusión:

La Mioquímia orbicular, en la que los pacientes perciben pequeños temblores del párpado. No suele ser visible para los demás, y se asocia usualmente al estrés, consumo de cafeína o alcohol. Cede espontáneamente.

Los tics, que son movimientos voluntarios de un grupo de músculos faciales. En estos casos, aunque son fenómenos voluntarios, los pacientes no suelen ser capaces de controlarlos.

El Síndrome de Meige, que aúna espasmos de los músculos alrededor de los ojos, de la parte inferior de la cara, la boca, la lengua, la garganta, el cuello.

Síntomas del blefaroespasmo

Los síntomas principales del blefaroespasmo son el parpadeo incontrolable, el cierre involuntario de los ojos e incluso la disminución de visión en casos graves por la incapacidad de abrir los ojos. Al inicio los síntomas son fluctuantes, pero la patología avanza de forma gradual tanto en frecuencia como en intensidad. Los pacientes pueden presentar dificultades para conducir, leer, ver la televisión o realizar actividades cotidianas de la vida diaria.

Tratamiento

El tratamiento del blefaroespasmo esencial es complejo, pero los pacientes mejoran con inyecciones de toxina botulínica, que relaja temporalmente el músculo orbicular evitando que se contraiga. El efecto de las inyecciones es temporal y típicamente dura unos meses, por lo que es necesario repetir el tratamiento para mantener el efecto.

Para los pacientes resistentes a la toxina botulínica existe el abordaje quirúrgico o miectomía orbicular (extirpación del músculo orbicular, músculo encargado de cerrar los párpados). Tras la cirugía, en ocasiones es necesario mantener las infiltraciones de toxina botulínica.

Prevención

El objetivo del tratamiento es ayudar a los pacientes a preservar un estilo de vida satisfactorio y a minimizar las posibles limitaciones que conlleva la enfermedad. Es importante la protección ocular con gafas de sol y gotas lubricantes.

Es elemental que todos los pacientes con sintomatología sugestiva de la enfermedad sean valorados por oftalmólogos especialistas en esta patología.